Algunos lugares se quedan sin comida para repartir y en otros no es posible gastar todo el dinero disponible. El nuevo sistema presentado por el Gobierno español para distribuir alimentos básicos a familias desfavorecidas, el de las tarjetas monedero, crea un saldo que muestra un desequilibrio evidente: hay suficiente para las personas que cumplen el requisito establecido, hasta el punto de que no pueden trabajar en 100 por ciento, pero hay menos recursos para que las entidades lleguen a otras.
Hasta 2024 era el sistema de distribución de alimentos el que gobernaba gran parte del viejo continente ya que estaba apoyado por fondos europeos. Se trataba del Fondo Europeo de Ayuda a Personas desfavorecidas, conocido como FEAD. A través de este sistema, el banco de alimentos de Medina Azahara recibió alimentos para las personas que la organización había solicitado con el informe de una trabajadora social en mano, según explicó el vicepresidente de la institución: Juan José Cass.
Se trataba de una cantidad muy grande, unas 800 toneladas de alimentos al año, lo que representaba el 33% del trabajo de la entidad, que no entrega los productos directamente, sino que los distribuye entre instituciones (comedores Cáritas, albergues) que a su vez enviarlos a sus beneficiarios. Es su forma de hacer las cosas.
El sistema de distribución de alimentos es uno que aún tienen casi todos los países europeos, afirmó Juan José Cass, quien explicó cómo para este 2024 El gobierno ha decidido cambiar el formato de distribución a un sistema donde las familias beneficiarias recibirán un tarjetero recargable con el que podrán acudir a determinados supermercados a comprar alimentos.
La explicación, según Medina Azahara, vicepresidente del banco de alimentos, es que quieren «respetar» la atención que se les da a estas personas y evitar la imagen de las llamadas «colas del hambre», es decir. que acuden a una institución social por comida, lo que genera estigmatización y problemas a quienes tienen que acudir. Se le ha cambiado el nombre y ahora se llama Fondo Social Europeo Plus para Asistencia Material Básica y se le conoce como Programa Básico.
Las condiciones del nuevo sistema ya han llevado a entidades como el Banco de Alimentos a advertir de que habrá problemas, sobre todo porque pusieron condiciones muy concretas a los beneficiarios: tenían que ser familias con niños. menores bajo su cuidado, y eso excluía a las personas que no estaban en esa situación, que eran muchas.
El sistema creado por el gobierno central deja como beneficiarias a las familias con hijos dependientes y excluye a otras.
Entre los mayores de 18 años, por ejemplo, viven con sus padres. En otras palabras, el abanico de personas atendidas debe ser necesariamente más limitado, y se nota.
Deberían hacerse con tarjetas recargables e ir a comprarlas ellos mismos a los supermercados como cualquier ciudadano, aunque el método de pago y el origen sean diferentes.
El Gobierno español lo ha hecho posible gracias a una subvención para Cruz Roja, que recibirá dinero y que luego tendrá que hacer entregando tarjetas monedero a quienes lleguen, recomendadas por los servicios sociales de los ayuntamientos y la provincia. Ayuntamiento, en los casos de municipios con población inferior a 20.000 habitantes. Las cifras muestran que como el programa finalizará este año, el 35 por ciento del dinero recibido en Córdoba aún no ha sido utilizado.
Cruz Roja dispone de 1.713.552,80 euros para gestionar tarjetas billetera en Córdoba, pero lo hace cuando llegan casos derivados. El matiz es importante: las familias que reciben ayuda llegan después de que el caso haya sido examinado por una trabajadora social del Ayuntamiento de Córdoba, de uno de los principales centros o de la Diputación Provincial.
Los titulares del carné llegan a Cruz Roja tras la orientación de los servicios sociales municipales
Todo se hace a través de los distintos sectores de los servicios sociales, llegando un total de 1.392 familias, para las que se ha comprometido una cantidad de 1.101.240 euros. Es decir, el resto, más de 612.000 euros, según confirman fuentes de Cruz Roja, aún no se han cumplido y nadie se ha beneficiado de tarjetas para adquirir productos básicos de alimentación y salud. Esto es el 35% de lo recibido.
«Este dinero se destina a las tarjetas, este es el presupuesto que se destina a las direcciones», dijeron las mismas fuentes, que explicaron que son las familias que cumplen las condiciones según la valoración que hacen los servicios sociales de la administración. En este caso, local y provincial.
«No evaluamos, verificamos si está documentado, si está vigente, si es uno de los posibles beneficiarios. Ni el desarrollo ni el fin de la ejecución del presupuesto dependen de la Cruz Roja», afirmaron. Es decir, no se puede cumplir si no se presenta primero a las familias. No es la organización de apoyo la que decide, sino los servicios sociales que les orientan.
Además, el programa también determina cómo se distribuirá en función del número de personas que forman parte de la unidad familiar. Son 130 euros al mes para dos, 160 para tres, 190 para cuatro y 220 para cinco o más personas.
omisiones
También es un sistema compatible con recibir otro tipo de ayudas públicas para quienes se encuentren en esta situación. Esto se hace a través de tarjetas que se pueden recargar cada trimestre, pero que deben ser gestionadas por la Cruz Roja, como organización elegida por el Gobierno para implementar esta política de acceso a los alimentos.
No se trata sólo de donar dinero para alimentos o bienes de primera necesidad, ya que los beneficiarios tienen derecho a apoyar medidas enmarcadas en una ruta personalizada para su inclusión social.
Con el filtro introducido por el gobierno, en Córdoba sólo se ha alcanzado el 65 por ciento del presupuesto previsto, pero eso no quita que no haya gente que necesitaría alimentos y no podría conseguirlos.
El vicepresidente del Banco de Alimentos de Medina Azahara, Juan José Cass, afirma: “La verdad es que recibimos muchas instituciones que nos dicen que hay familias con niños menores de 16 años que tampoco les dan tarjetas. “Los adultos también se están sumando.
Hasta 2023 el fondo de la Unión Europea proporcionó una parte importante de los alimentos que luego se distribuyeron
El hecho de que los alimentos entrantes no lleguen no interfiere con el trabajo de la institución, que tiene su sede en los antiguos mercados municipales. Sí, una tasa alta que fue del 33 por ciento. Ahora no podemos llegar tan lejos, pero lo que perciben las entidades que distribuyen alimentos a personas y familias es que están muy rezagadas. afuera.
Es decir, reduce lo recibido, pero no las necesidades de quienes deberían beneficiarse de la ayuda. «Muchas familias no reciben nada, ni comida de Europa, ni tarjetas de bolsillo», lamenta Juan José Cass.
Todo eso podría cambiar a partir del próximo año, ya que se espera que pase a manos de las administraciones autonómicas. En este caso, la Junta de Andalucía, que orientará el dinero para que llegue a las instituciones que deben distribuirlo en función de los criterios sociales que se utilizan para decidir qué familias pueden acceder a las tarjetas monedero y cuáles no.