Con un apretón de manos, la nueva Generalitat que preside Salvador Ila normalizó esta tarde sus relaciones con la Casa Real y puso fin al período de desplante y falta de civismo institucional. Con motivo de la Copa América, Don Felipe participó en el acto oficial de bienvenida de la competición, habiendo visitado previamente las nuevas instalaciones del Puerto Olímpico.
Hubo una imagen que ilustró una nueva etapa en Cataluña cuando el presidente Ila recibió a don Felipe y le estrecharon la mano. Por su parte, el alcalde de Barcelona, Jaume Colboniel, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, y el delegado del gobierno en Cataluña, Carlos Prieto. A esto se le llama “besar la mano” y consiste simplemente en que los funcionarios reciben en fila al rey y este los saluda uno a uno. En los últimos años, los presidentes de la Generalitat y la ex alcaldesa Ada Colau se han negado a participar en este protocolo, aunque recientemente han participado en actos de seguimiento.
Antes de visitar la renovada base portuaria, el Rey pudo seguir una de las jornadas de regatas desde el campo de regatas. Posteriormente en el Museo Marítimo, El Rey y otras autoridades dieron la bienvenida a los participantes.
Don Felipe destacó que gracias a la «colaboración entre diferentes instituciones» Barcelona puede acoger un concurso con proyección global. Durante su discurso, que pronunció en inglés, castellano y catalán, mencionó que éste era el primer encuentro con Ila desde su nombramiento como presidente de la Generalitat y le felicitó por este papel. «Enhorabuena, presidente», pronunció en catalán el rey de Illa, un gesto de cordialidad inimaginable hasta hace poco.
Por su parte, el presidente catalán destacó que «España, Barcelona y la Generalitat tienen la «obligación de unir fuerzas por el bien del país». «Cataluña debe volver a liderar a España y a Europa en lo económico, social, cultural y deportivo», subrayó el presidente de la Generalitat, quien añadió que el mejor ejemplo de ello es la Copa América. «Somos imparables cuando Barcelona, Cataluña y España cooperan juntas», añadió el conseller Jordi Hereu.