Un jugador de este tipo que aporta intensidad y energía sin ser precisamente un virtuoso del tiro, el Betis no tuvo ninguno la temporada pasada. Quizás el perfil más cercano fue el de Ismael Romero, con una actuación decepcionante en el Sevilla. Kasibabu se puso a prueba el pasado 1 de febrero tras más de 60 partidos, en concreto los 64 disputados entre Palencia y San Pablo Burgos. Con el Palencia promedió 7 puntos, 5 rebotes y un tapón en 19 minutos de acción con un 37% en tiros exteriores. Y en la última campaña, en Burgos, dejó una tarjeta de 4,3 puntos y 4 rebotes en 16 minutos con un 33% de eficacia en los tres. No es un buen jugador de mano con 4,60. En España no alcanzó el 65% y su mejor puntuación en tiros penales fue del 70,5% en su último año en la universidad con los Fairfield Stags.
Llegó hasta allí tras empezar en Canterbury (Gran Canaria) y pasar por el centro de entrenamiento del Real Madrid. Después de graduarse de la American University y no ser seleccionado en el draft, se unió a la G-League, jugando para Long Island Networks y Austin Spurs. Luego cruzó definitivamente el Atlántico para competir en la segunda división francesa (Nantes) antes de incorporarse al proyecto Rio Breogán de la ACB, donde apenas había disputado cinco partidos cuando recibió la llamada del Sunder Palencia para sustituir al lesionado Chema González.
La importancia de tu ética laboral
Es más un interior defensivo que ofensivo que puede anotar en saques de banda o encontrar vida en el poste con bandejas y mates. Probablemente jugará muchos minutos en el cinco. Quienes lo conocen bien hablan de un modisto comprometido y dedicado. De hecho, Kasibabu enfatizó en el comunicado de prensa que el club es “conocido no sólo por sus habilidades técnicas sino también por su ética de trabajo y dedicación al deporte. “Es un modelo a seguir para los jóvenes deportistas, su historia es un testimonio de que con esfuerzo y determinación los sueños se pueden hacer realidad”.